EL ROMANTICISMOS

La literatura del Romanticismo fue un movimiento literario que se inició a finales del siglo XVIII (ca. 1770). en Alemania, que se dispersó y cultivó por toda Europa hasta mediados del siglo XIX y que continúa ejerciendo su influencia hasta la actualidad. Este movimiento se opuso al expansivo capitalismo industrial y al racionalismo ilustrado. Entre sus características principales se encuentran la constante presencia de temas preindustriales como la naturaleza, los mitos grecolatinos y medievales. También se caracterizaba por la búsqueda constante de la originalidad como una forma de contraponerse a la profesionalización del artista y de la conversión de la obra de arte en una mercancía, dado que los escritores profesionales se servían de técnicas de escrituras genéricas, efectivas en el mercado. También se caracterizaba por concebir al artista como un intermediario entre lo trascendental y lo inmanente; el artista sólo escribía por la inspiración, también como una forma de oponerse al profesionalismo en la escritura.

El filósofo alemán Friedrich Schelling.
El Romanticismo alemán no fue un movimiento unitario. Por ello se habla en las historias literarias de varias fases del Romanticismo. Una etapa fundamental fueron los años noventa del siglo XVIII (Primer Romanticismo), pero las últimas manifestaciones alcanzan hasta la mitad del siglo XIX.
Una gran importancia en su nacimiento tuvieron dos movimientos, uno espiritual, el Pietismo, que se desarrolló mucho en Alemania durante la segunda mitad del siglo XVIII y el primer tercio del XIX y procuraba renovar la religión protestante volviendo a la religiosidad individual e íntima frente a los aspectos más formalistas y teológicos del culto, para hacer la religión cada vez más un asunto del corazón y de la vida y no sólo de la inteligencia, y otro de orden estético y anticlásico, el Sturm und Drang.
Los filósofos dominantes del romanticismo alemán fueron Johann Georg Hamann y Johann Gottfried Herder y, sobre todo, Johann Gottlieb Fichte, con su insistencia en la lucha del yo contra el no-yo, creador del nacionalismo alemány defensor del iusnaturalismo. Junto con Friedrich Wilhelm Joseph Schelling crearán una corriente fundamental del pensamiento del siglo XIX, el Idealismo alemán, que culminará en Hegel.

Víctor Hugo, por Léon Bonnat (1879).
El Romanticismo francés tuvo su manifiesto en Alemania (1813), de Madame de Staël, aunque el gran precursor en el siglo XVIII fue Jean-Jacques Rousseau, autor de Confesiones, Ensoñaciones de un paseante solitario, el Emilio, Julia, o La nueva Eloísa y El contrato social, entre otras obras.

Romanticismo inglés


Retrato de John Keats por William Hilton
El Romanticismo comenzó en Inglaterra casi al mismo tiempo que en Alemania; en el siglo XVIII ya habían dejado sentir un cierto apego reaccionario por la Edad Media (los prerrománticos Thomas ChattertonJames Macpherson) y una nueva sensibilidad melancólica había sido explorada por los llamados Poetas de cementerio, corrientes ambas que convergen en el Prerromanticismo inglés; pero el movimiento surgió a la luz del día con los llamados Poetas lakistas (WordsworthColeridgeSouthey), y su manifiesto fue el prólogo de Wordsworth a las Baladas líricas publicadas conjuntamente por los dos primeros, aunque ya lo habían presagiado en el siglo XVIII Edward Young con sus Pensamientos nocturnos o el originalísimo William Blake.
Lord ByronPercy Bysshe ShelleyMary Shelley y John Keats son los líricos canónicos del Romanticismo inglés. Después vinieron el narrador Thomas De Quincey, y los ya postrománticos Elizabeth Barrett Browning y su marido Robert Browning, este último creador de una forma poética fundamental en el mundo moderno, el monólogo dramático.
En narrativa destacan el escocés Walter Scott, creador del género de novela histórica moderna con sus ficciones sobre la Edad Media inglesa y escocesa, imitadas en todo el mundo y hasta en la propia Escocia por Robert Louis Stevenson, y otro nuevo género romántico, las novelas góticas, entre las cuales destacan Los misterios de Udolfo (1794), de Ann Radcliffe, Las aventuras de Caleb Williams (1794) de William Godwin, El monje de Matthew Lewis o Melmoth el Errabundo, de Charles Maturin.

Romanticismo escandinavo

Aunque el influjo de la Ilustración fue hondo y persistente en Escandinavia, particularmente en Suecia, el Prerromanticismo arraigó pronto y se extendió con facilidad, pues el clasicismo estético nunca llegó a penetrar de veras en las literaturas nórdicas. Sin resistencia revivieron los temas de las sagas y los escaldas, por ejemplo en Rolf Krage y La muerte de Balder del lírico danés Johannes Ewald (1743-1781), acaso el más inspirado de los poetas escandinavos de su tiempo. También escribió en prosa ensayos que contribuyeron a fijar el estilo. Tras Ewald, el movimiento se asienta y da un gran poeta en Suecia: Erik Johan Stagnelius (1793-1823), y dos destacados autores en Dinamarca:) Adam Oehlenschläger (1779-1850) y Bernhard Severin Ingemann (1789-1862).

Romanticismo neerlandés

El principal escritor romántico neerlandés es el poeta y clérigo calvinista Willem Bilderdijk (1756-1831), cuyos coterráneos suelen situar junto a Goethe y Lord Byron. Tradujo a Ossian entre 1802 y 1806. Lo acompañaron Hiëronymus van Alphen (1746-1803), Rhijnvis Feith (1753-1824), Hendrik Tollens (1780-1856) y Anthony Christiaan Winand Staring (1767-1840).

Romanticismo polaco


Daguerrotipo de Adam Mickiewicz.
Bohemia y Polonia fueron los únicos países eslavos que han vivido desde antiguo en la órbita de la cultura occidental, porque tuvieron en la Edad Media una literatura latinoeclesiástica y conocieron un renacimiento humanístico importante. La poesía romántica de Polonia está rigurosamente unida a los afanes de restauración nacional; Polonia había sido repartida entre RusiaAustria y Alemania y la nostalgia de la nación perdida inspira el patriotismo de los escritores, muchos de ellos rebeldes, perseguidos y emigrados a causa de este nacionalismo.
El genio de la poesía polaca fue Adam Mickiewicz (1796-1885), cuyo poema «Dziady» («Los antepasados») está inspirado en tradiciones legendarias del país y en su Libro de la peregrinación polaca narra las desventuras de Polonia. Juliusz Słowacki es el principal dramaturgo polaco del Romanticismo; escribe bajo el influjo de Goethe y Víctor Hugo y sobresale también como poeta, escribiendo leyendas nacionales. Por último fue un lírico muy original el visionario Zygmunt Krasiński, de inspiración religiosa y dantesca. Estos tres autores son conocidos como los Tres Bardos (Trzej Wieszcze en polaco). Otros autores importantes, pero pertenecientes a la rama del Romanticismo tardío, fueron Cyprian Kamil Norwid y Stanisław Wyspiański.

Romanticismo español


José de Espronceda (1808-1842) es el prototipo de poeta romántico en España. Liberal exaltado, activista político y lírico desbordado, su temprana muerte a los 34 años lo convirtió en el poeta del Romanticismo español por excelencia.
En España el movimiento romántico tuvo precedentes en los afrancesados ilustrados españoles, como se aprecia en las Noches lúgubres (1775) de José de Cadalso o en los poetas prerrománticos (Nicasio Álvarez CienfuegosManuel José QuintanaJosé MarchenaAlberto Lista...), que reflejan una nueva ideología presente ya en figuras disidentes del exilio, como José María Blanco White. Pero el lenguaje romántico propiamente dicho tardó en ser asimilado, debido a la reacción emprendida por Fernando VII tras la Guerra de la Independencia, que impermeabilizó en buena medida la asunción del nuevo ideario.
Durante la Década Ominosa en España (1823-1833) vuelve a instaurarse un régimen absolutista, y quedan suspendidas todas las publicaciones periódicas, las universidades cerradas y la mayoría de las principales figuras literarias y políticas en el exilio; el principal núcleo cultural español se sitúa, sobre todo, en Gran Bretaña y Francia. Desde allí, periódicos como Variedades, de Blanco White, contribuyeron a fomentar las ideas del Romanticismo entre los exiliados liberales, que paulatinamente fueron abandonando la estética del Neoclasicismo.
En la segunda década del siglo XIX, el diplomático Juan Nicolás Böhl de Faber publicó en Cádiz una serie de artículos entre 1818 y 1819 en el Diario Mercantil a favor del teatro de Calderón de la Barca contra la postura neoclásicaque lo rechazaba. Estos artículos suscitaron un debate en torno a los nuevos postulados románticos y, así, se produciría un eco en el periódico barcelonés El Europeo (1823-1824), donde Buenaventura Carlos Aribau y Ramón López Soler defendieron el Romanticismo moderado y tradicionalista del modelo de Böhl, negando decididamente las posturas neoclásicas. En sus páginas se hace por primera vez una exposición de la ideología romántica, a través de un artículo de Luigi Monteggia titulado «Romanticismo».
Por otro lado, algunos escritores liberales españoles, emigrados por vicisitudes políticas, entraron en contacto con el Romanticismo europeo, y trajeron ese lenguaje a la muerte del rey Fernando VII en 1833. La poesía del romántico exaltado está representada por la obra de José de Espronceda, y la prosa por la figura decisiva de Mariano José de Larra. Un romanticismo moderado encarnan José Zorrilla (dramaturgo, autor del Don Juan Tenorio) y el duque de Rivas, quien, sin embargo, escribió la obra teatral que mejor representa los temas y formas del romanticismo exaltado: Don Álvaro o la fuerza del sino.

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